Doña Mandarina
a Don Limonero
regaló un anillo
que era de oro viejo.
Doña Margarita
a Don Ruiseñor
para darle tiempo
le mandó un reloj.
Y Doña Manzana
a Don Picaflor
sin pensarlo mucho
dio su corazón.
Poesía para Niños de María García Esperón