El hada muy triste
aquella mañana
lloraba en el río
lloraba en el agua.
Lavaba la ropa
secaba sus alas
limpiaba sus penas
con lágrimas claras.
Las aves llegaban
y el hada muy triste
les daba en la mano
cerezas y alpiste.
Poesía para Niños de María García Esperón